Pico de Orizaba

El Pico de Orizaba es también conocido como Citlaltépetl, o “Cerro de la Estrella” en náhuatl. Con sus 5,636 metros, es la montaña más alta de México y la tercera más elevada de toda Norteamérica.

Para esta expedición deberemos estar en óptima condición física y convenientemente aclimatados. El ascenso dura entre seis y ocho horas, y y el descenso cerca de cuatro. Normalmente llegamos a este volcán tras una jornada de acondicionamiento en La Malinche o el Nevado de Toluca. Es aconsejable, aunque no imprescindible, tener experiencia en el uso de crampones y piolet.

Desde Tlachichuca tomamos una carretera de terracería hasta el refugio de Piedra Grande, a unos 4,200 metros de altura. Desde allí realizamos una tranquila caminata de aclimatación hasta los 4,500 metros, cenamos, y nos acostamos temprano.

El día de cumbre nos levantamos a medianoche y, tras el desayuno, iniciamos la marcha a la una de la madrugada. Ascendemos progresivamente durante las siguientes dos horas hasta un paso llamado El Brinco, donde inicia el Laberinto, una serie de canaletas con diversos grados de dificultad.

Una hora y media después llegamos a la base del Glaciar de Jamapa. Nos hidratamos, nos ponemos los crampones, nos encordamos, y seguimos. Una hora más tarde empieza a clarear. Es el momento más frío del día, pero la aparición del sol a nuestra derecha nos llena de emoción y ánimo.

Ahora ya se vislumbra, unos trescientos metros verticales sobre nosotros, el borde del cráter, que marca la antecima del volcán. Progresamos en zigzag, con breves paradas para beber y comer.

Cerca de las ocho llegamos por fin al borde del espectacular cráter, del tamaño de un estadio de fútbol, que se abre bajo nuestros pies en una caída vertical de varios cientos de metros.

Desde la cima, en un día despejado, contemplamos el Cofre del Perote al norte, y las inconfundibles siluetas de La Malinche, el Popocatépetl y el Iztaccíhuatl al oeste. Es una vista inolvidable.

Entre tres y cuatro horas después llegamos a Piedra Grande, y emprendemos el regreso hacia nuestro destino.